O Corpo Eléctrico do Grupo Dançando com a Diferença
Dentro de un autobús, de noche, en una avenida de Lisboa. Al frente se ve a Elsa, estirada con el torso sobre el pasillo del autobús, mirando hacia atrás. No está claro si está triste o simplemente pensativa. Detrás de ella, la ventana del autobús parece una enorme pantalla de cine, y las lámparas se suceden. Las luces del exterior son cálidas, anaranjadas, y las del interior, azules; parece como si hubiera dos mundos, uno frente al otro. La voz de Clara Andermatt, una de las coreógrafas más respetadas de Portugal, se oye fuera de la pantalla: "Creo que es 50/50, completamente. No veo esa diferencia, entre el cuerpo, el alma y la mente".
La isla de Madeira, en Portugal, no es uno de los mejores lugares que existen para nacer discapacitado. Es una isla en el Atlántico Norte con 270.000 habitantes, tan accidentada que resulta difícil caminar 100 metros que no acaben en un desnivel. Pero cuando empieza 'El cuerpo eléctrico', el Grupo Dançando com a Diferença ya ha salido.
El Grupo Dançando com a Diferença es una compañía de danza contemporánea que reúne a bailarines con y sin discapacidad. Pero no sería posible darlos a conocer en una isla. El fundador del Grupo, Henrique Amoedo, es brasileño, fundador de los grupos inclusivos Roda Viva y Mão na Roda, en S. Paulo, Brasil. Los coreógrafos que crearon el repertorio del Grupo están entre los más respetados de Portugal y Brasil: Clara Andermatt, Rui Horta, Ivonice Satie y Henrique Rodovalho.
Y los bailarines: Toninho, por ejemplo, es una persona que no encaja en su casa, donde no puede entrar una silla de ruedas; Telmo no encaja en el entorno en el que nació, donde los niños pedían limosna y se zambullían para coger las libras que tiraban al mar los extranjeros en busca de lo "exótico". Viviana llega a decir que "el mundo de aquí fuera es cada vez más estrecho, pero el de la danza no".
Estamos en Moscú, en Viana do Castelo, en los espectáculos de Brasil.
El grupo es divertidísimo en la carretera, no hay nada como una discapacidad para hacer una buena broma. El grupo no encaja en la isla, ya ves, pero quizás tampoco encaja en una cultura occidental que creó todos sus cánones sobre el modelo del Hombre Ideal, y no sobre la realidad del hombre. Rui Horta explica esta idea mejor que nadie en una secuencia de una edición paralela en la que soldados portugueses, nazis alemanes, atletas olímpicos y bailarines del grupo que baila con la diferencia, parecen bailar la misma coreografía: "Antes de la revolución (del 25 de abril de 1974) el cuerpo era un cuerpo muerto, inmóvil, sólo me pongo a bailar porque pasa el 25 de abril". El propio Cuerpo Olímpico defendía una idea de Estado. En la danza clásica, los movimientos eran técnicos, estilizados. El lenguaje contemporáneo es más amplio, más democrático, y trata exactamente de esta idea de cuerpo que existe, que existió, pero sobre todo del propio Cuerpo.
Una de las últimas imágenes es la de Bárbara. Tiene 13 años, es calva y está convencida de ser la "segunda mejor bailarina del grupo". No entendemos bien lo que dice Bárbara, mientras se pasa la mano por la barriga. ¿Le duele la barriga, la danza?", le preguntamos. Bárbara sonríe, "no, está en todo el cuerpo, el cuerpo siente toda la danza"... Entonces le pedimos a Barbara que nos enseñe a bailar, y ella acepta. Sus movimientos son precisos, disciplinados, sus explicaciones claras. De repente dudamos, quizá haya otra forma de percibir el mundo, distinta a ésta que utiliza exclusivamente la lógica.
Porque todo el mundo nace con el cuerpo que le corresponde, el resto es lo que uno hace de él, es electricidad. Estamos viviendo la mejor época del mundo, cuando cada cuerpo tiene un hombre dentro, cuando sientes el mundo con todos sus cuerpos. 'El cuerpo eléctrico' es como la vida, te da ganas de reír y de llorar, a veces las dos cosas a la vez.
Quizá mañana Toninho vuelva a su casa, que parece más bien una cárcel. Pero este documental termina donde empieza, en el tránsito. Vivir es violencia, no hay nada más violento que un corazón que late durante un tiempo para descansar por otro. Un cuerpo sólo vuelve a casa al final, cuando se corta la electricidad.
Género: Documental
Duración: 80 minutosPaís: Portugal
Idioma original: PortuguêsAño: 2008
Productor: Die4films
Dirigida por: Filipe Ferraz
Producción: Marta León